Crítica - Dangerous Animals ★★★☆☆

 

Dangerous Animals es un thriller de terror que sigue a Zephyr (Hassie Harrison), una surfista de espíritu libre, que conoce a Moses (Josh Heuston) al que también le gusta surfear y con el que siente una pequeña conexión, sin embargo, ella tiene dudas de dar un paso más en la breve relación entre ambos y decide madrugar y escaparse para hacer surf . Mientras se prepara, es secuestrada por Tucker (Jai Courtney), un asesino en serie obsesionado con los tiburones, que secuestra a sus víctimas y se las da de comer a los tiburones mientras éste lo graba en vídeo. Cuando Moses descubre que Zephyr ha desaparecido decide hacer todo lo posible para encontrarla, mientras Zephyr intentará escapar del barco del desquiciado Tucker antes de ser devorada por los tiburones.

La película está dirigida por el director australiano Sean Byrne, que en 2009, nos trajo The Loved Ones (Cita de sangre) y en 2015, The Devil's Candy, ambas películas de terror, por lo que ya tiene experiencia en el género. Aquí nos presenta una historia sencilla pero a su vez interesante, en el que juega con la desesperación y el intento de escape de la surfista, y la mente perturbada del asesino en serie, manteniendo la tensión del espectador hasta el final. Visualmente me ha parecido bastante buena, ya que aprovecha los bellos paisajes durante el día, y en las escenas oscuras por la noche, se aprecian bastante los detalles, tanto fuera como dentro del agua.